miércoles, 29 de diciembre de 2010

La violencia de género en la familia tradicional

Recientemente hemos oído que el obispo de Alcalá de Henares, en nombre de la Conferencia Episcopal ha declarado que la mayoría de los casos de violencia de género se da en las parejas en proceso de separación o divorcio. Estas declaraciones han desatado las críticas de varios sectores políticos que no ven ninguna relación entre la violencia doméstica y un matrimonio canónicamente establecido. Dichas así las palabras del obispo parece que incitan a soportar todo tipo de vejaciones para evitar que tu pareja te maltrate.
Este tema es muy delicado y hay que tener mucho cuidado cómo se dicen las cosas y también cómo se interpretan.
Su intención es hacer una defensa de la familia tradicional como modelo de familia ideal para la sociedad frente a las "parejas de hecho o personas que viven de forma inestable", y en la que hay menos violencia al haber más estabilidad.
Por otro lado el obispo también declaraba la importancia para los niños y para la sociedad en general de tener un padre y una madre que le aporten seguridad para afrontar la vida, que muchas veces no tienen con el alto número de divorcios.
Está claro que en las rupturas matrimoniales quienes más pierden son los niños y que los padres muchas veces no los tienen en cuenta a la hora de tomar esta decisión. Pero una vez que el matrimonio está roto y ninguno de los padres piensa poner de su parte para arreglarlo no tiene sentido mantenerlo por los hijos o por evitar que tu pareja te maltrate.
Yo creo que la familia constituida por dos personas que se quieren son la base para educar a los niños de hoy que serán los hombres del futuro en la sociedad pero no a cualquier precio, porque tan perjudicial es para un niño ver a sus padres discutiendo todo el día que verlos divorciados o ver cómo su padre maltrata a su madre o incluso a él.
Nuestras madres, que vivieron en una época en la que el divorcio no era tan usual como ahora, suelen decir a sus hijos: "Es que los jóvenes de hoy en día no aguantáis nada". Antes las mujeres no sabían que tenían tantos derechos como el hombre y soportaban muchas humillaciones que hoy nos parecen inaceptables. Hoy en día nos hemos vuelto más egoístas y cuando unimos nuestra vida a la de otra persona no estamos dispuestos a renunciar a nada, ni siquiera a la infidelidad, en favor de la familia, sencillamente porque sólo tenemos conciencia de nuestra realización personal, no tenemos el objetivo de crear algo común donde todos nos sintamos a gusto y busquemos lo mejor para todos.
La Iglesia puede aportar mucho promoviendo valores dentro de la familia que nos hagan más generosos, comprensivos, tolerantes y pacientes para evitar que esta se rompa y haya tantos divorcios. También creo que en el caso de que se rompa debería tender una mano, como haría Jesús, a la persona víctima de maltrato doméstico, aunque no esté casada por la Iglesia o ni siquiera tenga pareja estable, o a la persona que se siente sola o deprimida porque se acaba de divorciar o a los niños o jóvenes que sufren estas situaciones familiares difíciles y sobre todo, educarles para que no se conviertan en futuros maltratadores o víctimas de fracasos matrimoniales.

jueves, 23 de diciembre de 2010

EL SENTIDO DE LA NAVIDAD

En Navidad celebramos que Dios se hizo hombre, y que, como habían anunciado los profetas, se llamaría Enmanuel, que significa Dios con nosotros.
Ya Dios no es un Dios lejano, sino que se pone a nuestra altura y se acerca a nuestra condición de seres frágiles y débiles. Ya no estamos solos. Con el nacimiento de Jesús Dios está con nosotros, en las enseñanzas que Él nos dejó en su paso por este mundo, en los que siguen sus pasos hoy y más cerca de lo que pensamos, en la gente que nos rodea cada día.
Jesús nace para todos: los que creen en Él y le siguen, los que sólo creen en Él, y hasta para los ateos, porque todos lo necesitamos aunque no lo sepamos. Él es la plenitud y la felicidad que todos buscamos aunque no siempre las busquemos en el lugar apropiado.
Esto es la Buena Noticia que celebramos estos días pero que pueden llenar de felicidad nuestras vidas todos los días del año sólo con ser conscientes de que Dios está con nosotros en la figura de Jesús.
Muchas felicidades a todos y gracias por ser seguidores de mi Blog.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

La Iglesia, los jóvenes y Jesucristo

El lunes pasado leí una carta al director en el Diario de Cádiz en la que hablaba sobre un reciente estudio sociológico que la Fundación SM había hecho sobre la juventud en España. En este estudio la Iglesia aparece como la institución peor valorada por los jóvenes por los siguientes motivos:
-"Es demasiado rica"
-"Se mete demasiado en política"
-"Tiene una postura anticuada sobre la vida sexual de la gente
-"Se mete demasiado en la vida de la gente diciéndole como tiene que vivir su vida"
-"Dificulta con sus directrices disfrutar de la vida"
Además aunque la mitad de estos jóvenes se consideran católicos, dicen que la religión no tiene una gran influencia en sus vidas. "El 62% no entra nunca en una iglesia y el 7% cumple con el precepto de ir a misa".
Según estos datos cada uno saca sus conclusiones particulares. Pero está claro que cada vez hay menos jóvenes en las iglesias y, por lo tanto, en algunos años, menos gente en general.
Es cierto que vivimos en la sociedad del "todo vale" y que la educación en valores es cada vez menor en la familia y en los colegios, y esto contrasta con la estricta moral de la Iglesia. Pero también es verdad que los jóvenes tienen parte de razón en sus afirmaciones.
La Iglesia tiene muchos bienes como patrimonio. Se puede decir que es rica. A veces se mete en política aconsejando no votar a los partidos que permiten el aborto, el matrimonio homosexual o la manipulación genética. Tiene una postura anticuada ante la sexualidad, cuya única finalidad que aceptan es procrear, por lo que no permiten el uso del preservativo. Con todas estas posturas excluyentes da la impresión de que se meten en la vida de la gente sólo para no dejarles disfrutar de la vida.
La Iglesia-institución está formada por hombres, la mayoría de edad avanzada, que muchas veces se encuentran con una sociedad que va cambiando muy deprisa y no saben cómo actuar para recuperar los valores que se van perdiendo . Pero si comparamos las directrices de la actual Iglesia católica con la figura de Jesucristo, quizá veamos que ésta última es mucho más atractiva para los jóvenes. Jesucristo era un hombre humilde y sencillo sin posesiones materiales. Nunca se le escuchó hablar de lo que hacían los gobernantes de su época. Él sólo predicaba su mensaje de amor a los demás. Él supo adaptar la ley de Moisés a los nuevos tiempos. Cambió todas las leyes inamovibles por dos mandamientos: amar a Dios y al prójimo como a uno mismo. Sus leyes no fueron excluyentes. En su Reino había sitio para todo el mundo: los samaritanos, los pecadores, las prostitutas, los recaudadores de impuestos,etc.
En la sociedad se han producido muchos cambios en poco tiempo: la legalización del aborto y el matrimonio homosexual, la eutanasia, el divorcio, el uso del preservativo, el descubrimiento de nuevos avances en la genética. Y esto ha producido una pérdida de valores. Pero estos valores no se van a recuperar prohibiendo las cosas, sino utilizando el mandamiento que Jesús nos dejó. Por eso, entonces y hoy en día, como le dijo a quienes le preguntaron, Él nos dice: "¿Qué harías tú si un hermano tuyo estuviera enfermo? ¿Le dejarías morir o lo curarías aunque fuera sábado? Pues la ley está hecha para el hombre, no el hombre para la ley."
Los dirigentes de la Iglesia actual son los sucesores de los primeros discípulos que Jesucristo escogió para difundir al mundo su Buena Noticia y deben mirar a Jesucristo a la hora de dictar las normas por las que se debería regir este mundo en el que los jóvenes son muy importantes porque son el futuro, en este caso, de la Iglesia.
El año que viene se va a celebrar en España la Jornada Mundial de la Juventud. Esperemos que escuchen a los jóvenes. Seguro que tienen mucho que decir.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Cambiar de actitud para ser feliz

Últimamente he empezado a ver los capítulos de "Supernanny" en Cuatro, y la verdad es que me ha sorprendido mucho ver cómo se puede modificar la conducta de un niño con sólo cambiar un poco la actitud de los padres hacia ellos.
Básicamente lo que los padres tienen que cambiar es no "etiquetar" a sus hijos, decirles lo que quieren de ellos, premiarles cuando hacen algo bien y prestarles atención y cariño.
Es curioso ver cómo unos niños que son auténticos demonios se convierten en dulces angelitos utilizando estas estrategias de la Supernanny, y uno no sabe ya si el malo era el niño o sus padres que no sabían hacerlo bien.
El problema de estos niños comienza cuando sus padres empiezan a desatenderlos afectivamente. Entonces ellos sienten la necesidad de llamar su atención. Como son niños, no saben expresar la tristeza o el enfado que les produce que sus padres no les hagan caso. Estos a su vez, sólo se dirigen a ellos para reñirles cuando hacen algo mal, y aunque a los niños no les gusta que les riñan, se dan cuenta de que este es el único momento en el que los padres le prestan atención, así que siguen portándose mal inconscientemente para llamar la atención. Entonces sus padres se cansan y le ponen una etiqueta: ¿por qué eres tan "malo"?, le dicen. El niño asimila el mensaje de que es malo y se comporta como tal.
Cuando los padres modifican su conducta y le reconocen que hace cosas buenas, le están quitando esa etiqueta y le demuestran que él es capaz de comportarse de otra forma. Cuando le felicitan por hacer bien las cosas consigue llamar la atención de sus padres, que es lo que él quería y empieza a portarse bien porque ya no necesita portarse mal para que le den atención y cariño.
La vida de estas personas que antes estaban desesperadas, cambia radicalmente y empiezan a ser felices cuando cambian la forma de tratar a su hijo.
Este tipo de actitudes equivocadas las utilizamos con los niños pero también con los adultos que nos rodean: pareja, padres, amigos, etc. Nosotros, por un lado, dejamos de prestar atención a los demás por necesidad o por egoísmo. Y los demás, por otro, tienen muchas veces una actitud infantil, y en vez de expresar lo que sienten, empiezan a tratarnos de manera hostil. Nosotros, como los padres de la Supernanny, como no sabemos lo que les pasa, le ponemos una etiqueta: eres un amargado, o todo lo haces mal, por ejemplo. Y la otra persona entra en un círculo que a veces termina en la ruptura de la pareja si no le ponen remedio. "Como soy un amargado pues tengo que actuar como tal," y está siempre a la defensiva.
Y ni esta persona es un amargado ni lo hace todo mal, ni la otra vive para amargarle la vida a él.
Sólo basta con hablar, expresando claramente lo que queremos del otro, esforzarnos por reconocer las cosas buenas que hacen los demás y prestarles más atención y darle cariño.
Muchas veces en las familias se viven situaciones difíciles y en vez de ponerles remedio tratamos de evadirnos, pero eso no soluciona el problema. Seríamos más felices si estuviéramos dispuestos a cambiar nuestra actitud como hacen los padres que van al programa de la Supernanny, que aunque han tenido una actitud equivocada tienen voluntad de que cambiar lo que haga falta para ser felices en su familia.

domingo, 28 de noviembre de 2010

El uso del preservativo en casos excepcionales

En un interesante debate que emitieron ayer en CNN+ hablaban de la entrevista que le han hecho hace poco al Papa acerca del libro que ha publicado recientemente. En la mesa había dos personas: una, subdirectora de "la Razón", defendía que la Iglesia estaba intentando acercarse a la realidad de la sociedad actual, y la otra sostenía que se había quedado anclada en la Edad Media y esa era la razón por la que cada año había menos cristianos practicantes y menos curas.
La que defendía a la Jerarquía, decía que el Papa no se dirige a todo el mundo, sino a los católicos y que pertenecer a la Iglesia es como ser del Real Madrid, que si no te gusta pues te haces aficionado a otro equipo. La otra le dijo que eso es lo que están haciendo los católicos, apartarse de la Iglesia. Pero siguiendo con la comparación futbolística, que a ella le gusta más el Madrid de Mourinho que el que había antes, por lo que llegaba a la conclusión de que la Iglesia tenía que cambiar de dirigente.
Centradas más en las polémicas declaraciones sobre el uso del preservativo, la más conservadora decía que la Iglesia sólo concibe la sexualidad para procrear y con una pareja estable, por lo que no tiene sentido el uso del preservativo en otros casos. Ante esta afirmación yo me pregunto qué pasa con el componente afectivo que tiene la sexualidad. Es cierto que hoy en día, sobre todo los jóvenes sólo ven el sexo como fuente de placer y olvidan la función afectiva que tiene la sexualidad y que necesitan que alguien les ponga unos límites morales, que esta sociedad por desgracia va perdiendo cada vez más. Está claro que ni los políticos, ni los profesores ni sus propios padres a veces (porque a ellos nadie les ha enseñado normas morales tampoco o porque no dan más de sí por la incorporación de la mujer al mercado laboral) están haciendo nada por educar en valores a la sociedad. Yo creo que quién mejor que la Iglesia para dictar estos valores morales que tanta falta le hacen a este mundo. No dudo de que el Papa quiera acercarse a la realidad de la sociedad actual y me parece bien las declaraciones acerca del preservativo para evitar enfermedades, pero a veces la mentalidad de los miembros de la Jerarquía en vez de la unos padres parecen propias de unos abuelos, por eso la sociedad no les hace mucho caso. Menos mal que en la Iglesia, además de la Jerarquía hay otros miembros que tienen más contacto con la realidad, como sucede en las comunidades parroquiales, Cáritas, catequistas, matrimonios cristianos, sacerdotes, etc., que analizan cada caso concreto y tratan de educar moralmente a la sociedad desde un punto de vista más acorde con estos tiempos.

jueves, 25 de noviembre de 2010

La sencillez hace grandes a las personas

En la familia todos la llamábamos "madrina", y aunque no fue mi madrina de bautismo, para mí fue como un hada madrina, haciendo siempre que me sintiera bien. Recuerdo con cuánto cariño y dedicación nos ofrecía lo poco que tenía en su casa. Siempre se preocupaba por nuestras cosas y, en cambio, sus preocupaciones las guardaba para ella procurando que pasáramos un rato agradable, contando anécdotas de su vida, algunas divertidas y otras más duras, como los horrores de la posguerra o la explosión del 47. Sus preocupaciones tenían que ver con las nuestras y su felicidad era vernos felices a nosotros. En realidad debería haber pensado un poco más en ella, pero quizá nadie le enseñó a quererse a sí misma, quedando huérfana con 11 años y teniendo que trabajar muy duro para salir adelante en la vida sin un hombre a su lado en aquella época.
Mirando un cuadro con una foto suya que he colgado hace poco en el salón de mi casa, la observo y pienso en las palabras del Padre Jesús en la homilía de este domingo, en la que utilizaba la metáfora de un juego de ajedrez para explicar cómo debe ser nuestra relación con Cristo. Siguiendo la comparación, Cristo es el rey y en su reino estamos los peones, imprescindibles para que exista el juego, pero avanzando muy despacio en cada jugada. También decía que para ser buenos cristianos no tenemos que hacer grandes cosas, es suficiente con tener a Cristo como nuestro rey, el centro de nuestra vida, y dar pequeños pasos cada día tratando de hacer felices a los que nos rodean.
Pensando esto sigo mirando la foto de "la madrina" y aunque siempre he pensado que en su vida nunca tuvo grandes ideales ni había hecho grandes cosas, hoy sé que en su sencillez residía la grandeza de su vida.

martes, 2 de noviembre de 2010

¿Un blog para bichos raros?

En un artículo que escribí hace poco titulado "Historia de mis inquietudes" hablaba de mi experiencia personal con respecto a la Iglesia y explicaba cómo ha cambiado mi fe en Dios a partir de una vez que fui a una misa de la cofradía a la que pertenezco. Desde entonces estoy llendo a misa con más frecuencia y la verdad es que me alegro de hacerlo porque me sirve para cargar pilas para la semana.

El Evangelio de la misa del domingo pasado contaba una historia con la que me sentí bastante identificada. Hablaba de Zaqueo, un hombre que quería ver pasar a Jesús. Pero no se acercó como el resto de la gente por simple curiosidad, sino por un fuerte deseo de encontrarse con Él, quizá porque estaba convencido de que esto podría aportarle algo bueno a su vida. Pero cuando se acercó no podía verlo porque era bajito, así que se subió a un árbol. Tenía fe en que si lograba verlo sería feliz, así que superó el obstáculo de su estatura y lo consiguió. Jesús le dijo que bajara del árbol y que iría a su casa a comer. Zaqueo no estaba equivocado; sentir a alguien tan importante como Jesús en su humilde casa de pecador le hizo sentirse tan feliz que le prometió cambiar de vida.

Esta experiencia de felicidad es algo que todo el mundo puede sentir si se acerca con fe a Dios. En este blog me gustaría compartir esta felicidad que hace que mi vida sea más plena. Quien no ha vivido esta experiencia (yo misma hace unos meses) puede pensar que quien piensa así es un bicho raro. Pero, como dijo Jesús, el párroco de la parroquia de San Lorenzo de Cádiz, el domingo pasado: a los cristianos nos consideran bichos raros, pero en realidad todo el mundo de una u otra forma buscamos a Dios, como hizo Zaqueo.

jueves, 28 de octubre de 2010

La Religión, opio del pueblo

El otro día leí un artículo en el Diario de Cádiz en el que el autor hablaba de la pasividad que hay en las sociedades de países desarrollados con respecto a temas que nos interesan a todos. Decía que en los países subdesarrollados la gente lucha por mejorar su situación económica, política o religiosa. Sin embargo, en algunos países desarrollados nos conformamos con todo lo que nos pase aunque no estemos de acuerdo, intentando buscar el lado positivo de las cosas para no complicarnos la vida y recuperar nuestro equilibrio interior.
Aunque no todo el mundo piensa así. Hay mucha gente a la que le preocupa la política porque en realidad nos afectan directamente todas las decisiones que toman los políticos a nivel económico, laboral, legal, sanitario, etc. Pero viendo la situación actual uno se da cuenta de que por mucho que protestemos todos, los políticos sólo se preocupan por mejorar su imagen de cara a unas elecciones y poder seguir en el sillón, en vez de preocuparle realmente la situación de los ciudadanos.
En un artículo de este blog escribí que había varias formas de afrontar la vida, y entre ellas, estaba o cambiar lo que nos rodea, por un lado, y cambiar nuestra forma de aceptar la realidad, por otro. En la mayoría de mis artículos del blog yo hablo de posibles formas de aceptar lo que nos rodea cambiando nuestra mente o nuestro espíritu a través de la religión. De ahí viene la frase de Carlos Marx: "La religión es el opio del pueblo", porque la gente en vez de rebelarse se adormece pensando que hay que aceptar la voluntad de Dios.
Sin embargo, la función de la religión, o del cristianismo al menos, no es esa. Más bien todo lo contrario, es precisamente cambiar este mundo y hacerlo mejor, teniendo en cuenta el mensaje de Jesucristo, que vino a este mundo a traer justicia y esperanza para los más pobres y que se acercó precisamente a todos los sectores excluidos de la sociedad de su tiempo y nos envió a llevar su mensaje y a ayudar a los más necesitados.
En la vida hay cosas que se pueden cambiar y otras que no. Yo, desde este modesto blog, lo único que pretendo es transmitir esperanza y optimismo al que lo lea para que tenga fuerzas para cambiar lo que sí se puede cambiar y paciencia con lo que no se puede cambiar.

martes, 26 de octubre de 2010

SUPERAR UN PROBLEMA EN LA VIDA

Muchas veces en la vida nos sentimos frágiles y débiles. ¿Quién no ha pensado alguna vez: "no sé si voy a poder con esto que me ha caído encima"? En la vida hay situaciones complicadas para las que nadie nos ha preparado: la enfermedad o la muerte de un familiar, un divorcio, perder el empleo o jubilarse, ver cómo los hijos abandonan el hogar, tener que hacer frente a alguna actividad para la que no nos sintamos preparados, etc. En definitiva, situaciones que nos bloquean en nuestra vida diaria.

Ante estas situaciones tendemos a negarlas y no enfrentarnos a ellas. A veces lo hacemos inconscientemente evitando hablar de lo que nos preocupa y distrayéndonos con otras cosas para no pensar. Otras veces sí pensamos, pero lo hacemos para amargarnos y sentir que el mundo va por un lado y nosotros por otro, que ya no hay nada bueno que la vida pueda ofrecernos.

En realidad no somos tan fuertes como pensamos, ya la vida se encarga de recordárnoslo. Somos frágiles como niños pequeños, no toleramos bien las frustraciones. Enseguida se nos baja la autoestima y sentimos que no servimos para nada.

Cuando un niño está aprendiendo a andar y se cae, se pone a llorar. Entonces su padre le dice que no se preocupe, incluso le sonríe cariñosamente, porque sabe que para llegar a andar tendrá que caerse muchas veces. La vida es un duro aprendizaje donde nos caemos, pero no nos acordamos de que todo lo que nos pasa nos hace más fuertes y nos prepara para situaciones futuras a las que nos tendremos que enfrentar.

Por eso hay que enfrentarse al problema, no evadirse de él con pastillas, como hace la gente en algunos casos, y no tener miedo de afrontarlo, sino aceptarlo, pensando que lo vamos a superar y, cuando lo consigamos, nos vamos a sentir más fuertes y vamos a ser más felices.

Para esto nos puede ayudar tener fe en Dios; así no nos vamos a sentir solos, porque aunque nosotros seamos frágiles, Él puede hacerlo todo. Pero no debemos pensar que si no nos resuelve el problema, es que no está ahí, porque Él tiene sus planes para todos nosotros y, como un buen Padre, quiere lo mejor aunque nos duela. Es mejor escucharle a Él y pedirle fuerzas para que podamos superar el bache en el que estamos. A lo mejor, su mirada y su sonrisa cariñosa nos da fuerza para levantarnos del suelo y seguir aprendiendo a caminar por la vida.

jueves, 21 de octubre de 2010

Las Cofradías y sus obligaciones en la Iglesia

El viernes 8 de octubre el ex-Presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Rafael Corbacho, dio una Conferencia en la sede del Consejo, organizada por la Cofradía de la Santa Cena titulada "La Iglesia de Cádiz y sus hermandades y cofradías en 1960".
En ella, entre otras cosas, decía que las Cofradías, al contrario de lo que muchos cofrades piensan, no son soberanas, es decir, no tienen poder para tomar decisiones dentro de la Iglesia. Es más, las cofradías son: "Asociaciones creadas por la Iglesia y están bajo la tutela, dirección y control de ésta". Además decía que los cofrades tienen un gran desconocimiento de las obligaciones y derechos de las cofradías con respecto a la Iglesia.
Yo tenía entendido que las Cofradías eran autónomas porque para eso tienen sus Estatutos de Hermandad, pero si alguien que lea esto sabe hasta qué punto son autónomas las cofradías, le agradecería que me lo dijera. Tampoco sabía que fueran creadas por la Iglesia, si es que con lo de "Iglesia"se refiere a los sacerdotes, porque las Cofradías son Iglesia, al igual que el resto de los laicos. Sí sabía que tienen un Director espiritual que las tutela, pero no que tuvieran control sobre éstas. En cuanto a las obligaciones sí sé que tienen la obligación de ir a los cultos mensuales de las parroquias donde están ubicados.
Sin embargo, respecto a ésto último, no creo que ningún cofrade vaya a ir a los cultos mensuales de su cofradía por obligación, si es esto lo que pretenden los que defienden esto. En otros tiempos, tal vez, pero hoy no. Y en el caso de que lo hicieran, no serviría de nada ni para él ni para nadie.
Todo lo que hacemos en la vida lo hacemos por una motivación. En nuestro tiempo libre, tenemos a nuestra disposición una gran oferta de posibilidades para divertirnos. Si vamos al cine, es porque nos gustan los actores o la trama de la película; si vamos a ver un partido de fútbol, vamos porque nos gusta nuestro equipo (o porque tenemos la esperanza de verlo ganar), si salimos con nuestros amigos, es porque nos apetece charlar con ellos. Bastante tenemos con nuestras obligaciones diarias como para tener que obligarnos a hacer algo el fin de semana, ¿no?
Un cofrade es alguien que tiene fe en una Imagen y al que le gusta darle culto externo a esta Imagen. Además le gusta vivir y compartir esta fe en su Hermandad. Nadie le obligó a apuntarse a su Cofradía, lo hizo porque le gustaba.
Sí creo que los cofrades deben ir a los cultos mensuales de su Cofradía porque el Cristo al que tienen tanta fe está en la Comunión y en la Palabra de Dios de las misas, pero no creo que deban hacerlo por obligación. Los que sí tienen obligación de transmitir esto a los cofrades son los mismos que pretenden que vayan a misa por obligación: Directores espirituales, Hermanos Mayores, Consejo de Hermandades y Cofradías...

martes, 19 de octubre de 2010

El estrés y la meditación

Por estas fechas ya están en marcha todas las actividades de principio de curso. Algunas personas empiezan a sobrecargarse de actividades y no sólo a ellos mismos sino también a sus hijos. Otras veces sin embargo, el estrés se debe a situaciones inevitables del día a día por el trabajo o por las presiones que en mayor o menor medida tenemos todos en la vida: estar parados, la enfermedad, problemas de convivencia, etc. El caso es que vivimos estresados. Y este estrés nos trae muchos problemas luego en las relaciones con los que nos rodean y en el rendimiento en el trabajo y en los estudios.
Hay gente que no les pone remedio y son infelices por todo esto. Otros terminan acudiendo a un psiquiatra, que también ayuda a analizar la situación (eso siempre que no se limite a recetar psicofármacos), pero al final el que tiene que solucionar el problema es la propia persona.
Tenemos otra opción que recomiendan los psicólogos que es la meditación, simplemente pensar en nuestra vida y analizar la situación, como haría un psicólogo y pedir a Dios que nos ayude a solucionar nuestros problemas; en otras palabras, rezar. A veces el mismo ritmo de vida que llevamos no nos deja parar y hacer esto. Además nos resulta extraño rezar solos en nuestra casa. Es como hacer deporte, que es más fácil hacerlo en grupo que uno sólo en casa. Por eso podemos aprovechar los lugares que tenemos a nuestra disposición como son las Iglesias, y en ellas, las comunidades parroquiales.
Hay gente que piensa que no necesita ir a la Iglesia porque con creer en Dios tienen bastante, pero muchas veces, y sobre todo, con los golpes que va dando la vida, no nos basta con nuestra fe individual. Somos como las flores de un árbol, que van recibiendo la vida mientras están en él. Pero cuando las arrancan, aunque se ven muy bonitas en un jarrón, y por más agua que se le eche, ya no reciben la savia del árbol que les da vida, y acaban marchitándose. Por eso, podemos probar a engancharnos al árbol de la vida, que es vivir la fe en comunidad, porque como dijo Jesús: "Cuando dos o más se reúnen en mi nombre, allí estoy yo".



miércoles, 13 de octubre de 2010

La Buena Nueva

El otro día vi en la tele una buena película "La Buena Nueva", que trataba sobre la posición de la Iglesia en la época franquista.
Por un lado se veía la postura de la jerarquía, que apoyaba a la Falange y éstos, los falangistas, se servían del apoyo de la Iglesia para que el Régimen de Franco triunfara en España. Por otro lado se veía la postura del protagonista, un sacerdote joven que es destinado a un pueblo en el que tiene que elegir entre sus creencias y las que le impone la jerarquía eclesiástica. El sacerdote protagonista de la película sólo quería predicar el Evangelio y ayudar a los más pobres, tal como Jesucristo encomendó a los apóstoles. Pero la jerarquía sólo estaba preocupada de preservar su Institución eclesiástica. Supongo que no fueron tiempos fáciles, porque o apoyabas al Régimen o te condenabas a morir fusilado. Pero también la Iglesia tuvo que pagar caro este error porque aunque en la película no aparece, los del otro bando cometieron muchas atrocidades contra la Iglesia.
Cuando yo nací Franco ya había muerto y siempre he tenido conocimiento de la época franquista de oídas (bueno, estudié en un colegio de monjas y allí el franquismo tardó unos diez años en desaparecer). Siempre he pensado que esta alianza Iglesia-Dictadura pertenecía al pasado, pero ahora no estoy tan segura. Para empezar, la película no pudo emitirse hasta hace pocos años porque en 1995 no le permitieron hacerlo, cuando lo único que hace es reflejar una realidad histórica.
Hoy en día tenemos la herencia de aquellos tiempos. Por un lado están los hijos y nietos de los que apoyaban al Régimen, que fueron obligados a cumplir con las obligaciones religiosas durante muchos años, y que tal vez algunos ahora que hay más libertad se quieren liberar de ese yugo que les fue impuesto en las Iglesias o los colegios religiosos. De entre éstos que iban a misa por cumplir, aún quedan algunos que piensan que sólo por ir a misa ya son mejores personas que los que no van. Por otro lado están los nietos de aquellos "rojos" que han heredado por tradición esa animadversión hacia la Iglesia. Y por otro lado, están los sacerdotes, que en la época franquista vieron cómo la clase obrera quemaba las Iglesias y martirizaban a los miembros del clero sólo por llevar una sotana y que más tarde con la democracia han visto la rebeldía de la sociedad que se opone no sólo a ir a misa sino a todos los valores morales que había en otros tiempos.
Es una pena que estas actitudes que pertenecen al pasado priven a mucha gente de vivir con plenitud la alegría de la Buena Nueva, que todos necesitamos para seguir adelante en nuestra vida. Así que creo que todos deberíamos hacer un esfuerzo por dejar a un lado las susceptibilidades cada uno en su postura.
Los sacerdotes deberían contagiar a la sociedad la alegría de sentir a Dios como alguien cercano que está con nosotros cada día acercándose a la sociedad, a pesar de su rechazo, y viendo qué hay de bueno en ellos. Seguro que se sorprenderían de ver cuánta gente tiene fe en Dios. Como un buen padre, y como prueba de que están avanzando con los tiempos, deberían dar un voto de confianza a los laicos (miembros de comunidades, jóvenes, cofradías...) confiando en su madurez y guiándoles con diálogo y buena voluntad, dejando crecer la cizaña entre las espigas, si hace falta, y no arrancándolas de raíz, interviniendo sólo en los asuntos que van contra el Amor a los demás, que es el único mandamiento importante, y no imponiendo las decisiones por decreto como se solía hacer en otros tiempos que ya todos deberíamos olvidar. Seguro que serían más queridos por sus fieles y conseguirían mejor sus propósitos de evangelizar.
Los que se vieron obligados a ir a misa en su día deberían hacer un esfuerzo por dejar de ver a la Iglesia como una institución autoritaria, ya que la mentalidad de la jerarquía está cambiando poco a poco, empezando por el Papa, que está dando ejemplo de humildad reconociendo los errores de la Iglesia y animando a vivir la fe con pasión y convencimiento, no con sumisión. Y los que nos hemos alejado de la Iglesia rebelándonos frente al autoritarismo de algunos sacerdotes, que no tengamos miedo de abrir nuestro corazón a Dios en la Eucaristía y démosle un voto de confianza y trabajemos conjuntamente con ellos en vez de querer hacer las cosas sólo a nuestra manera. Dialogando sin miedo a decir lo que no nos gusta es una forma de contribuir a que la Iglesia, a la que todos los bautizados pertenecemos, vaya cambiando y no marcharnos y criticar desde la distancia, porque como ocurre con los padres, aunque uno se rebela frente al autoritarismo, al final reconoce que tienen buena intención aunque cometan muchos errores.













sábado, 9 de octubre de 2010

Nuestra Señora del Rosario

El día 7 de Octubre fue el día de nuestra Patrona la Virgen del Rosario, alcaldesa perpetua de la ciudad y sobre todo, madre de todos los gaditanos.
Todos los años recorre las calles de Cádiz y todos los años la gente se congrega para verla con fe y devoción, pero cada año es diferente. Es curioso el poder que tienen las imágenes religiosas para transmitir distintas sensaciones cada vez que las vemos y ver en su rostro una expresión diferente cada año. Según nuestros problemas personales, nuestra fe o nuestra actitud nos transmite algo diferente a cada uno de nosotros en cada momento. Y según lo que nos transmite es nuestra oración cuando pasa junto a nosotros produciéndose ese momento mágico por el que merece la pena estar varias horas esperando a verla pasar.
Al levantar nuestra vista y mirarla a los ojos por encima de nuestras cabezas, y verla tan grandiosa con esa mirada de seguridad y confianza nos sentimos pequeños y débiles y ahí es cuando sentimos la necesidad de pedirle ayuda. Son sólo unos segundos, pero nuestra oración es intensa.
El jueves la Virgen del Rosario nos miraba a todos con amor de madre y nos ofrecía su protección para que no nos sintiéramos solos en el camino que cada uno tenemos que recorrer cada día y nos recordaba que Ella siempre está ahí para que recurramos a Ella siempre que lo necesitemos.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Come, reza, ama

Como en la película que da título a este artículo, todos tenemos mil problemas en la cabeza que nos hacen sentir que vivimos una situación caótica y muchas veces nos pasamos la vida huyendo de situaciones que nos desbordan y metiéndonos de nuevo en situaciones que nos vuelven a desbordar.

En vez de repetir errores o vivir lamentándonos de nuestra mediocre vida tenemos que conseguir un equilibrio interior. Para eso tenemos que pararnos en seco en la vida y analizar qué no nos gusta, que queremos cambiar y qué queremos conseguir. Muchas veces es difícil saber qué queremos, pero podemos hacer algo más fácil, decidir qué no queremos seguir haciendo, qué es lo que no nos gusta de nuestra vida o de nosotros mismos. Una vez tengamos esto claro, tenemos que olvidar todo lo que nos atormenta y hacer un silencio interior para no bloquear a nuestra mente con tantos problemas que quizá no podemos solucionar. Luego tenemos que estar abiertos a todo lo que nos rodea, porque muchas veces los problemas no nos dejan percibir todas las cosas y las personas buenas que pueden aportarnos lo que necesitamos.

Conseguir esto no es fácil. Lo primero es asumir que tenemos las riendas de nuestra vida en las manos y aunque los problemas o las personas que nos rodean no puedan cambiar, nosotros sí podemos hacerlo. Luego tenemos que buscar un equilibrio interior para que los problemas no nos sobrepasen y podamos así verlos a distancia y analizarlos mejor. Esta quizá es la parte más difícil. Para esto es muy útil la Oración. Simplemente poner nuestros problemas en manos de Dios nos alivia y nos ayuda a sentirnos liberados si realmente tenemos fe en que Él nos va a dar la fuerza que necesitamos para afrontarlos. Después de la Oración los problemas no desaparecen, pero hemos conseguido tres cosas: estamos más relajados porque no nos sentimos solos, lo vemos todo con más claridad porque hemos analizado bien la situación y nos sentimos abiertos para percibir la influencia de las cosas buenas que nos rodean. Así que os animo a que lo probéis. Vale la pena intentarlo. No se pierde nada.

sábado, 25 de septiembre de 2010

La motivación en el colegio

Empieza un nuevo curso y con él la vuelta a las actividades cotidianas: las clases, las actividades lúdicas.
Los niños pequeños están deseando volver al colegio para ver a sus amigos y porque se lo pasan bien aprendiendo cosas nuevas. Los más mayores ya no tanto. En realidad lo hacen por obligación, ellos preferirían seguir la vida que han llevado en verano sin responsabilidades pensando sólo en divertirse. Pero se adaptan como pueden. Algunos intentan llevar el mismo ritmo del verano hasta que llegan los exámenes, y entonces vienen los primeros suspensos. Las madres se enfadan con ellos y empiezan a presionarlos y ellos necesitan evadirse más todavía para escapar de las presiones de su madre. Es un círculo vicioso difícil de romper.

En esta situación se encuentran muchos padres preocupados porque saben lo importante que es para sus hijos una buena preparación para el futuro y ven como están tirando su vida por la borda. También están preocupados sus profesores, que ya no saben qué hacer para que el aprendizaje resulte atractivo y motivador para sus alumnos. Se han producido muchas innovaciones en el campo de las nuevas tecnologías en el aula, pero el resultado no ha mejorado demasiado.
Lo que falla es la motivación. Ellos estudian primero porque sus padres les obligan, y los más responsables, porque necesitan un título para poder trabajar en un futuro. Por eso intentan hacer el mínimo esfuerzo para conseguir ese título. La verdad es que muchas veces se preguntan y con razón qué relación pueden tener las materias que les están impartiendo para el futuro desarrollo de su profesión. Y es que es incomprensible, por ejemplo, que un alumno tenga que saber la localización exacta de Kazajstán pero no conozca los municipios de su localidad o comunidad, ni siquiera las comarcas de su provincia. O que vaya al médico y no tenga ni idea de dónde está la glándula tiroidea pero se le exija que describa perfectamente el organismo de un caracol.
En realidad ni en el colegio ni en casa nadie les hace ver la importancia de aprender. Sólo quienes se han visto privados de este privilegio saben valorar el gusto de aprender por aprender, como es el caso de muchas mujeres mayores que siempre han querido aprender a leer y escribir y no han tenido esa oportunidad, y lo hacen de mayores por voluntad propia y con mucha dedicación y entusiasmo. Resulta curioso que los mismos chavales que fracasan en el colegio son muy disciplinados en otras actividades de ocio que realizan por propia iniciativa. Y es que uno sólo hace algo cuando realmente es él quien está convencido de que quiere hacerlo. Si no, lo que haga no tendrá ningún sentido. A esas mujeres mayores a las que sus padres sacaron del colegio para que fueran a trabajar, la sociedad les ha demostrado que aprender es importante para desenvolverse en la vida. En nuestras manos está que esos chavales comprendan el valor del conocimiento y deseen aprender por sí mismos.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Historia de mis inquietudes

Cuando tenía 15 años estuve integrada en una parroquia unos 3 años, pero al final tuve que irme de porque el grupo en el que estábamos no era bien aceptado allí por tener iniciativas propias.
Desde entonces intentamos integrarnos en varios grupos y seguir yendo a misa pero la cosa se fue enfriando y las situaciones personales se fueron complicando. Así llevo unos 15 años sin ir habitualmente a misa. El único contacto con la Iglesia que he tenido ha sido a través de una Cofradía de la que soy hermana y a la que sólo iba a los cultos.
Precisamente en los últimos cultos antes de la salida procesional de Semana Santa asistí a una misa predicada por el Director espiritual recién nombrado, ante la jubilación del anterior. En la homilía me sorprendió que no tratara de imponernos normas de comportamiento que como católicos debíamos acatar, como estábamos acostumbrados con el antiguo Director espiritual. Yo, personalmente, sentí que hablaba de la experiencia íntima de la verdadera amistad con Jesús, que yo siempre he tenido aunque no haya ido a misa. Y me pareció genial que hubiera alguien más que pudiera sentir lo que yo ya había vivido tantos años en soledad. También sentí que era Jesús mismo quien hablaba a través de este sacerdote. Recuerdo que dijo que quien ha experimentado esta unión íntima con Jesús en la oración no puede alejarse de Él porque entonces es que nunca lo había sentido. Esto me molestó un poco y me hizo reaccionar removiendo un poco mis inquietudes dormidas.
Después de la salida procesional de la Cofradía hubo una misa de acción de gracias. En ella el sacerdote nos contagiaba del optimismo que nos produce el encuentro con Jesús en la Eucaristía. Aquí realmente se despertaron mis inquietudes, hasta tal punto que escribí una Carta al Director del Diario de Cádiz, en la que sentía la necesidad de transmitir a los demás esta experiencia tan positiva que yo veía como salida al pesimismo que nos rodea en estos tiempos de crisis.
Aunque no suelo ir a los cultos mensuales de la Cofradía me apetecía ir para volver a repetir esta sensación tan positiva y diferente a la monotonía y el pesimismo del día a día. Esta vez también me sorprendió gratamente la experiencia en esta misa. En el banco de delante había un grupo de hombres parados que estaban haciendo un encierro en la parroquia y que acudían allí con auténtica fe como última esperanza a su sufrimiento. Aparte del buen ambiente que se respiraba me quedo con la bendición del sacerdote en la que nos decía que la bendición no la daba él; él era un pobre hombre, era Dios mismo quien nos bendecía con un beso en la frente. A partir de ese momento cada vez que me sentía mal visualizaba esa imagen de Dios besando mi frente con la ternura de un padre bueno y me sentía mejor.
Después de esta misa empecé a sentir una fuerte inquietud que iba aumentando cada vez más. Entonces fue cuando mi marido me propuso crear un Blog. La verdad es que ya llevaba un año diciéndome que lo creara pero no tenía ninguna motivación que me llevara a escribir. No sabía de qué podría hablar en un blog. Empecé publicando la carta que escribí en el Diario y me di cuenta de que sería una buena forma de sacar de dentro esas emociones nuevas que estaba sintiendo. Este artículo me hizo pensar en la contradicción que sentía después de estar tantos años criticando la forma de pensar y actuar de los curas y verme ahora escribiendo a favor de ellos. Estaba un poco confusa porque tal vez la gente podría pensar quién se cree esta para dar lecciones. Pero entonces fui a otra misa y me sorprendió que en la homilía el cura habló de la humildad. Lo curioso es que dijo que debemos ser humildes, pero también no pecar de ser demasiado humildes porque si uno no hace algo para buscar protagonismo no es que sea orgulloso sino que cree en lo que hace y hace lo que Dios quiere que haga. Así que sentí que tenía sentido lo que estaba haciendo con mi blog. Ya no me importaba que algunas personas no lo entendieran.
Sin embargo, me llamó la atención que algunos me daban las gracias por el blog así que empecé a escribir artículos pensando en poder ayudar a los demás con esta fuerza e ilusión que me daba sentir a Dios cuando iba a misa.
Me ha costado trabajo escribir este artículo porque soy bastante tímida, pero creo que merece la pena superar esta timidez si sirve para que alguien pueda tener un poco más de luz en su vida.

sábado, 11 de septiembre de 2010

EL SUFRIMIENTO Y SUS POSIBLES SOLUCIONES

Vivimos en una sociedad en la que vamos muy deprisa. No dedicamos apenas tiempo a educar a nuestros hijos. Cuando llegamos a casa estamos tan cansados que les damos todo lo que nos pidan por no discutir con ellos. Y esto hará que los niños del mañana tengan cada vez menos tolerancia a la frustración y no estén preparados para los problemas a los que quizá se van a tener que enfrentar en el futuro.
En la vida no todo es color de rosa. Damos por hecho que nuestros padres nos van a querer, que vamos a tener una buena salud, que vamos a encontrar un buen trabajo y una pareja que nos quiera siempre. Pero,¿qué pasa cuando esto no ocurre así?
Nos encontramos con una sociedad que sufre mucho aunque tiene muchas cosas materiales.
No estamos preparados para soportar que nuestra pareja nos abandone. Todos los días oímos casos de mujeres asesinadas por sus parejas, que no soportan que éstas les abandonen. Hay muchas mujeres que, aunque no llegan a morir, viven muchos años muertas en vida porque dependen emocionalmente de ellos y piensan que no tienen otra salida que aguantarlos. Y también hay muchos hombres que no saben reaccionar cuando ella los abandona y que también sufren mucho. Y reaccionan de la peor manera, asesinándolas.
También hay adolescentes que viven en un hogar desestructurado, donde sus padres se han separado y su madre no da abasto con la casa y el trabajo o, viven juntos y se pasan todo el día discutiendo y creando un ambiente de tensión. Es difícil formar una personalidad viviendo este tipo de situaciones. Muchos de ellos reaccionan mal, sacando toda la rabia y tensión que llevan dentro con los demás y teniendo un comportamiento violento.
Otro problema que nos podemos encontrar, y para el que tampoco estamos preparados es para quedarnos sin trabajo o no tener dinero para sobrevivir. Es angustioso ver que tu casa o tu negocio tiene muchas deudas que pagar y tú no puedes hacer frente a lo que se te viene encima. Esto crea ansiedad y desesperación, sobre todo si además tienes hijos a los que mantener.
Otro palo fuerte que nos puede dar la vida es la enfermedad y la muerte. Y para esto sí que no estamos preparados, no sólo para la nuestra, sino para la de quienes nos rodean.
Aquí podemos sentir preocupación y ansiedad, cuando vemos que no nos curamos. Incluso miedo de no saber cómo vamos a evolucionar nosotros o la persona que está enferma. Y si ocurre lo peor y fallece, nos negamos a aceptarlo. No estamos preparados, sobre todo, si es alguien joven.
Hablar de estos problemas no es algo negativo. Es simplemente abrir los ojos, ver la realidad y, sobre todo, buscar herramientas que nos ayuden a enfrentarnos a ellas.
Muchas veces recurrimos a quienes nos rodean para que nos ayuden. Pero, si son cercanos a nosotros, quizá tampoco están preparados para afrontar esto que nos pasa, y si son de nuestro entorno más lejano, puede nos encontremos con algunos que sientan sólo curiosidad o peor, lástima, que es lo que más daño nos puede hacer en estos momentos.
Sin embargo, nos queda otra salida, que es la que utilizamos en situaciones desesperadas: rezar; pedirle a Dios que nos quite este sufrimiento, que ya no podemos más. Y en realidad es muy positivo que hagamos esto, porque además teniendo esperanza es más fácil sobrellevar los problemas. Muchas veces Dios nos ayuda y estamos muy agradecidos por esto. Pero otras veces no sucede así y dejamos de creer en Él porque creemos que nos ha abandonado.
Sería bueno que pensáramos en algunos momentos de la Pasión de Cristo que recordamos cada año en Semana Santa, cuando Jesucristo crucificado, le dice a Dios: "¿Por qué me has abandonado?" porque no entiende que Dios pueda permitir eso. Sin embargo, Dios lo tenía todo pensado, como pasa en nuestras vidas, que aunque no entendamos nada, Él lo tiene todo planeado aunque no lo entendamos.
Así que si alguna vez nos encontramos con alguna situación insoportable en nuestra vida, o mejor, desde ya, en los pequeños problemas de cada día, podemos hablar con Dios, y, acordándonos de otro momento de la Pasión de Cristo, decirle: "Padre, aparta de mí este cáliz, pero que sea tu voluntad, y no la mía".

lunes, 6 de septiembre de 2010

Noticias anticlericales

Cuando empecé a escribir artículos que criticaban la postura de algunos sectores de la Jerarquía eclesial, me encontré con algunos comentarios que me han hecho reflexionar sobre la opinión que la gente tiene de la Iglesia.
En general coinciden conmigo en que la Iglesia debería respetar y dialogar más. Pero a través de estas personas me he encontrado con páginas anticlericales que tienen como objetivo buscar noticias relacionadas con la Iglesia para poder sacar a la luz todos los aspectos negativos relacionados con ésta. Algunas incluso la atacan con una falta de respeto increíble a las que no se les puede ni responder.
Por otro lado, también he visto la actitud contraria: gente que está a la defensiva frente a cualquier postura que provenga del Gobierno Socialista y que pueda enfrentarse a las ideas que defiende la Jerarquía. Creo que no es bueno mezclar la política con la religión, porque los valores los deben inculcar los padres a los hijos en las casas. La política sólo debe regular lo que ya está haciendo esta sociedad. Si los católicos reaccionamos ante cualquier iniciativa propia de un estado laico, la Iglesia da una imagen retrógrada y poco respetuosa con los que no van en nuestra línea de pensamiento.
Yo creo que sería más positivo para hacer frente a tanto anticlericalismo en nuestra sociedad, en vez de atacar al contrario, como hacen los políticos, sacar a la luz todos los aspectos positivos de la Iglesia, que no salen en la prensa porque no venden.
Y voy a aprovechar para empezar ahora. Un amigo me comentó el otro día que se sentía dolido porque un cura no quiso darle la extremaunción a su hermana (no sé los motivos) enferma de cáncer terminal y esto hizo que dejara de creer en la Jerarquía. Sin embargo, la semana pasada mi vecina, enferma de cáncer, poco antes de morir, quiso casarse con su pareja. Y, aunque el cura al que acudieron se negó, llamaron a otro que acudió enseguida y los casó en una ceremonia muy emotiva, según los que estuvieron allí, quienes comentaron que actitudes como ésta de servicio a los demás deberían de salir a la luz.
Con esto quiero decir que, como éste hay muchos gestos positivos que hacen a diario muchos sacerdotes cada día en silencio y no se publican en los medios de comunicación ni en internet.
De todas formas, creo que hay que denunciar las actitudes negativas que alejan a la gente de la Iglesia, para que no tengan que vivir una religión paralela. Pero ya hay mucha gente que cuenta sus experiencias negativas con la Iglesia, así que espero enterarme de acciones como ésta para así poder contribuir desde este blog a mostrar la realidad de la Iglesia, no la que nos hacen creer los medios.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Somos piezas de un puzzle deseando encajar en este mundo

Todos deseamos cosas en la vida. Cada uno tiene sus motivaciones. Siempre parece que no estamos satisfechos por más que tratemos de llenar nuestros deseos y aspiraciones.
Esto es algo que ocurre desde el principio de la Humanidad. En un principio éramos un todo. Después de la creación del Universo todo se dividió y nos convertimos en piezas de un puzzle incompleto que busca volver a formar parte de un todo de nuevo.Cuando estamos en el vientre de nuestra madre somos un todo con ella y cuando morimos somos un todo con el Universo.
Durante nuestro paso por este mundo buscamos las piezas que nos faltan para sentirnos más realizados, más felices, y formar así el puzzle particular de nuestra vida. Buscamos para sentirnos plenos y llenar el vacío que ya tenemos de por sí : primero, el cariño de nuestros padres, la compañía de nuestros amigos, sentirnos autónomos y libres, aficiones que desarrollen nuestras habilidades, una pareja o un amigo íntimo con quien compartir nuestra vida, un trabajo que nos haga sentirnos realizados, una estabilidad económica, tener un hijo, etc.
Pero esto no siempre es fácil. Y cuando una o varias de estas cosas fallan se desestabiliza nuestra vida. Muchas veces, como ahora en tiempos de crisis, una desgracia te lleva a otra. Por ejemplo, el no tener trabajo o estabilidad económica te puede llevar a tener problemas con la pareja o aislarte de tus amigos.
Cuando no se consiguen llenar estos vacíos intentamos hacer cosas que nos hagan soportar los problemas como caer en la infidelidad, el alcohol, el juego, las drogas, o incluso el suicidio.
Otras veces simplemente buscamos valores materialistas que eleven nuestro ego, como creernos superiores por tener un coche mejor que nuestros amigos o someterse a los últimos tratamientos de belleza para superar a las demás. Y, luego estar siempre rodeado de falsos amigos para alardear de coche, belleza, trabajo, buen sueldo... y así reafirmen nuestro ego. El problema es que esta reafirmación de nuestro ego termina convirtiéndose en egoísmo porque sólo pensamos en llenar en nuestros vacíos y no en los de nuestra pareja, hijos, padres, amigos... Y ellos también están deseando llenar sus vacíos con nuestro cariño, nuestra compañía y nuestra atención.
Además, los valores que promueve esta sociedad materialista (dinero, belleza, sexo...) hace que nos obsesionemos demasiado por conseguirlos. Y cuando los conseguimos volvemos a sentirnos vacíos, así que hay que volver a buscarlos de nuevo. Muchos jóvenes llenan sus vacíos cada fin de semana con alcohol, drogas, sexo... pero al empezar la semana vuelven a estar vacíos. Están pidiendo a gritos a los adultos que les ayuden a llenar sus vacíos ayudándoles a sentirse autónomos y valorados.
Otra alternativa que merece la pena probar es llenar nuestras vidas con Dios. Porque cuando no tenemos dinero o trabajo, problemas con la pareja o los amigos, o no nos sentimos realizados como padres, como hijos o como jóvenes, Dios está ahí para darnos todo su amor de padre y de amigo y para darnos fuerzas para luchar recordándonos que todo lo que necesitamos para salir adelante está en nuestro interior, porque Él nos lo ha dado. Sólo tenemos que abrir los ojos con fe y hablar con Él. Siempre está ahí, dispuesto a calmar nuestra sed con agua viva, con la que no volveremos a tener sed, porque tendremos el manantial de vida en nuestro interior, que es Él.

viernes, 20 de agosto de 2010

MATRIMONIOS HOMOSEXUALES

La Iglesia no acepta el matrimonio entre homosexuales porque el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer.
Si una pareja de homosexuales me preguntara por qué no se pueden casar por la Iglesia, yo me planteo las siguientes cuestiones:
Si es una cuestión de sexualidad, ¿quién puede cuestionar la feminidad o masculinidad de una persona? Porque esta persona se puede sentir tan mujer como yo.
Desde el punto de moral, hay parejas de homosexuales que comparten sus vidas, se sacrifican el uno por el otro y se entregan en cuerpo y alma, quizá con más intensidad que los heterosexuales, por las dificultades a las que han tenido que hacer frente para estar juntos. Sin embargo, hay parejas que se casan por la Iglesia que realmente no asumen el compromiso que supone cuidar cada día su matrimonio. A lo mejor se casan simplemente por el impacto social que puede tener la celebración de su boda en su círculo social.
Desgraciadamente no tenemos referencias en la Biblia (o al menos yo no las conozco) que nos ayuden a comprender si cuando se instauró el matrimonio se estaba excluyendo a este colectivo de realizar este compromiso ante Dios.

lunes, 16 de agosto de 2010

LA VERDAD OS HARÁ LIBRES

Es triste ver cómo muchas veces en la vida no podemos estar al lado de quienes queremos simplemente por pensar de manera diferente. Siempre he pensado que cuando se dicen las cosas con delicadeza y con buena voluntad no tiene por qué haber problemas con el otro, pero esto no siempre es así.

En el último artículo que publiqué hice una crítica de la Iglesia en general, desde la perspectiva de la gente de la calle, y de las parroquias en particular, desde mi propia experiencia, no muy buena, por cierto, pero que ya está olvidado. Sólo me llevó a hacer esta crítica ver cómo después de tantos años, la semana pasada, sin ir más lejos, me encontré con un nuevo caso de este tipo de posturas.

Tal vez hay gente que no haya entendido este artículo y me gustaría aclararlo. No escribo desde el resentimiento y mucho menos pretendo atacar a nadie. Haciendo una comparación, un hijo que critica a sus padres no les quiere menos que otro hijo que vive su vida sin meterse en nada. Igual que un aficionado al fútbol que critica a su equipo no es menos aficionado que el que mira para otro lado cuando las cosas se pueden mejorar. Ni el ciudadano que critica a sus gobernantes porque cree que las cosas se pueden hacer de otra forma, es menos fiel a su ideología política. Más bien es al contrario, le duele lo suyo, y no puede mirar para otro lado cuando ve que las cosas no van bien. No es que se crea superior al otro ni pretenda imponerle nada ni que sea más rebelde, quizá más maduro porque es capaz de asumir que su Iglesia, su familia, su partido y su equipo tienen defectos.

Es cierto que nadie se debe creer poseedor de la verdad, pero todo se puede debatir. Dicen que la verdad nos hará libres, pero a veces es muy caro el precio que hay que pagar. Aunque es mejor vivir sintiéndose libre que ser esclavo de la mentira por miedo a enfrentarse a los demás.

domingo, 8 de agosto de 2010

La Iglesia en la sociedad actual

En una encuesta publicada hace poco se refleja que en diez años el número de españoles que se considera católico ha decrecido de un 82.7% a un 72.7%. Y los que van a misa los domingos han pasado de un 21 a un 13% en diez años. En otra encuesta los religiosos aparecen como las profesiones peor valoradas por los españoles.

Según mi modesta opinión, una de las causas de ello podría ser el hecho de que hayan salido más casos de pederastia a la luz en estos últimos años. Pero, también es cierto que el Papa Benedicto XVI ha luchado más que ningún otro para que salgan todos los casos a la luz y que sean castigados por la justicia penal. Incluso ha reconocido que el mal de la Iglesia está dentro de la propia Iglesia. Y esto supone un gran avance en los planteamientos de la jerarquía eclesial.

Otra de las causas por las que la Iglesia se está devaluando últimamente es por la polémica surgida a raíz de las medidas tomadas por el actual gobierno socialista de suprimir los crucifijos de los colegios, de legalizar el aborto, de permitir matrimonios homosexuales o de independizar totalmente al Estado de los cultos religiosos, ante lo que la Iglesia se ha mostrado en contra. Esto ha favorecido que la opinión pública asocie la derecha política con la Iglesia. No sé realmente si el Gobierno socialista ha tomado estas medidas para parecer más defensor de las libertades, medidas casualmente opuestas a la postura católica. El caso es que no creo que se deba hacer esta asociación Iglesia-derecha. Ni la Iglesia debe caer en esta provocación, (a excepción claro, del caso del aborto que atenta claramente contra la vida humana, y más de la forma tan incongruente que lo han hecho, acortando la edad de la menor para tomar decisiones), ni los de ideología de izquierdas deben pensar que la izquierda defiende la libertad y la Iglesia el modo de pensar conservador. Es cierto que durante muchos años (yo ni siquiera había nacido) la Dictadura y la Iglesia estuvieron unidas, pero eso ya pertenece al pasado, y prueba de ello es la postura humilde del Papa actual.

De todas formas sí creo que muchos miembros de la Jerarquía eclesial deberían seguir el ejemplo del Papa y avanzar con los tiempos en su forma de entender los cambios de la sociedad actual. Y también algunos deberían de abandonar posturas dictatoriales en sus parroquias y trabajar en equipo con los miembros de las comunidades, porque aunque ellos son quienes están al frente de las parroquias, la Iglesia somos TODOS.

Empieza por quererte a ti mismo

En el último artículo hablé sobre la felicidad y sobre lo importante que es querer a la familia y los amigos para ser feliz. Pero como dice el refrán: "La caridad empieza por uno mismo". Tenemos que empezar a querernos a nosotros mismos.

Muchas veces queremos que nuestras acciones agraden a todo el mundo. A veces ni siquiera somos conscientes de ello. Simplemente hacemos las cosas porque las hace la mayoría y así es fácil que nos acepten y nos valoren más, además de que nos sentimos más seguros. La verdad es que la sociedad condiciona bastante a la hora de elegir el camino que vamos a seguir en la vida. Si tienes la autoestima baja no es fácil resistir que tu familia y amigos te estén machacando cada vez que te ven, para que hagas lo que ellos creen que es "mejor para ti". Por eso hay que conocerse a uno mismo y tener claro qué queremos realmente y, sobre todo, tener una buena autoestima. Si nos sentimos a gusto con nosotros mismos, al final tendremos la aprobación de los demás. Además así nos sentiremos más libres si somos capaces de tener claro lo que pensamos y poder expresarlo sin pensar si los demás compartirán nuestras opiniones.

Una buena parte de la autoestima que tenemos nos viene dada desde la infancia. Si nuestros padres esperan demasiado de nosotros, si nos etiquetan de una forma determinada, si critican al niño, no su conducta, o lo comparan con sus hermanos, no tendrá una buena imagen de sí mismo y actuará en consecuencia. Lo positivo es que los padres presten atención a los hijos, que los quieran por lo que son, independientemente de lo que hacen y que valoren lo que ellos hacen por iniciativa propia.

Pero si la autoestima no nos ha venido dada desde la infancia también podemos mejorarla a lo largo de nuestra vida. Para empezar, tenemos que mirarnos desde fuera y analizar qué opinión tenemos de nosotros mismos y qué logros hemos obtenido en la vida. Pero a la hora de valorar debemos hacerlo no sólo por las cosas materiales que hemos conseguido (un trabajo, una casa, un coche, la belleza exterior...) sino también por lo que somos, lo que sentimos y lo que pensamos.

Tampoco debemos caer en el error de ser demasiado exigentes con nosotros mismos y hay que evitar compararnos con los demás. Aun así, si el pensamiento que tenemos de nosotros es negativo, a lo mejor es que queremos conseguir metas imposibles y debemos ponernos otras alcanzables para nosotros. También podemos aumentar la posibilidad de aumentar nuestro éxito intentando superarnos en lo que nos preocupe. Por ejemplo, si es en lo laboral, podemos mejorar nuestra formación; si es en lo personal, podemos tratar de ser más sociable y comunicativo,etc.
Por último, si lo que recibimos de los demás son críticas, tenemos que analizar si son ciertas o no; y si recibimos halagos, aceptarlos y sentir que nos lo merecemos. Y, sobre todo, cuidarnos mucho, al menos, igual que cuidamos a los demás.

sábado, 7 de agosto de 2010

¿Qué podemos hacer para ser más felices?

El 90 por ciento de las cosas que hacemos en la vida tienen como motivación principal la búsqueda de la felicidad. Pero muchas veces cansados de luchar cada día por conseguirla no siempre nos sentimos felices.
Quizá sea porque la buscamos en el sitio equivocado. Muchas veces está más cerca de lo que pensamos: en el optimismo, la gratitud a los demás, la serenidad, la amistad, actividades recreativas...
Un simple gesto como dar las gracias a alguien o dedicarle nuestro tiempo puede hacer sentirnos bien. No debemos olvidar que los amigos y la familia son lo más importante para ser feliz. Por eso debemos ampliar nuestras relaciones sociales y cultivar las que ya tenemos, queriéndolos como son y evitando criticarlos. También a nivel personal debemos evitar compararnos con los demás y ser felices con lo que tenemos.
A veces el problema es que ni siquiera la buscamos. ¿Le dedicas todos los días un tiempo para hacer algo que te guste? Tenemos que pensar en momentos en los que nos hemos sentido felices y tratar de repetirlos pensando cómo queremos conseguirlo y cambiando nuestra vida.
Otras veces somos felices, pero no percibimos esa felicidad. Quizá estemos obsesionados con ser feliz cuando tengamos algo concreto y no nos damos cuenta de lo que tenemos ahora. Tal vez podríamos pensar cada día en varias cosas que nos hayan ido bien durante el día. Seguro que nos sorprenderá ver que hay más de lo que habíamos pensado. Sólo tenemos que fijarnos bien y disfrutar del presente.

viernes, 30 de julio de 2010

La reforma laboral en las familias

Ya tenemos el Proyecto de Ley de la Reforma laboral del Mercado de Trabajo, que tiene como objetivo paliar los efectos negativos de la crisis en el sistema financiero del país.
Como ya sabemos, algunas de las propuestas de esta reforma son:
  • Reducir la indemnización por despido improcedente de 45 a 33 días por año trabajado
  • Abaratar el despido,
  • Facilitar las causas del despido: que el motivo para despedir a alguien sea simplemente una situación negativa para la empresa.
  • Subvencionar el despido: El Fondo de Garantía Salarial asume una parte de las indemnizaciones por despido.
  • Reducir la jornada laboral. si a la empresa le va mal, puede reducirle la jornada a sus trabajadores durante un año.
  • Flexibilidad interna. las empresas se pueden Descolgar del Convenio Colectivo cuando quieran.
En fin, que todas estas medidas benefician al empresario y contribuyen a la precariedad laboral y al despido fácil. Así que con un pie dentro de la empresa y otro fuera, las consecuencias sociales de esta reforma pueden ser fatales. Para empezar, en la familia tienen que trabajar los dos a jornada completa, por si a uno lo despiden, que el otro pueda pagar la hipoteca. Esto, a su vez, perjudica sensiblemente a la educación que los hijos puedan recibir, al compartir la educación con otras personas. A nivel de pareja, aumentaría el grado de estrés ante la inestabilidad y la presión en el trabajo. También habría menos comunicación entre los miembros de la pareja, e incluso más rutina al tener menos tiempo y dinero para el ocio. Esto haría crecer el número de divorcios o de malestar en las familias.
Deberíamos caminar hacia una sociedad en la que las familias tuvieran calidad de vida. Que uno de sus miembros al menos tuviera un empleo estable, que los padres pudieran dedicar tiempo a sus hijos y que ese tiempo fuera de calidad, sin estrés, prestándoles atención.Si no es así , luego es hipócrita ponerse las manos en la cabeza cuando vemos adolescentes maltratando a padres, profesores, compañeros, etc.

Aunque estamos afrontando tiempos difíciles de crisis, por lo menos intentemos luchar por conseguir esa estabilidad laboral de los trabajadores, tan necesaria para tener una mínima calidad de vida.

jueves, 22 de julio de 2010

CINCO FORMAS DE AFRONTAR LA VIDA

Mirando a mi alrededor en los tiempos que corren veo que hay varios tipos de personas según su modo de afrontar la vida.
Están los que sólo piensan en pasárselo bien a corto plazo a costa de lo que sea. Otros, que viven con indiferencia todo lo que les rodea, cumplen sus obligaciones y no se implican en nada para no complicarse la vida. También están los que viven amargados que piensan que nada de lo que ocurre tiene solución; se limitan a quejarse por todo y a culpar a todos de lo que les pasa sin hacer nada por evitarlo.
Más positivos son los que tratan de cambiar lo que les rodea cada día conscientes de que pueden poner su granito de arena para contribuir a combatir las injusticias de este mundo. Y, por último, los que piensan que es más fácil cambiar su manera de afrontar la realidad que les rodea que cambiarla. Son personas que cultivan su lado espiritual y ante una misma realidad sufren menos y son más felices que el resto de personas.
¿Qué manera tienes tú de afrontar la realidad que te rodea? ¿Con qué grupo te identificas? ¿Qué te parecen los distintos enfoques de ver la vida de la gente?
Por cierto, si alguien se pregunta cuál es mi opinión, yo me identifico con los dos últimos.

sábado, 17 de julio de 2010

LA SOLEDAD ACOMPAÑADA

Últimamente veo a mi alrededor matrimonios de personas mayores que se llevan fatal y esto me ha hecho reflexionar sobre la soledad que pueden sentir en los últimos días de su vida.
Son personas cuyos matrimonios no funcionan porque en algún momento de su vida decidieron no luchar más por su relación o quizá no superaron una crisis de pareja.
No voy a entrar en si tendrían que haberse separado o no. El hecho es que, aunque conviven en el mismo hogar cada uno tiene su círculo de amigos y sus actividades, que por cierto, no suelen estar repartidas igualitariamente. A la mujer le suele tocar las tareas del hogar, porque el hombre suele ser bastante machista y la mujer, en el fondo, también. Pero ese es otro tema.
Cuando están juntos en casa, que suele ser sólo para comer o dormir, suelen pelearse por todo. Pero no importa porque cada uno se evade con alguna actividad o con sus amigos. Y así van pasando los años, soportándose.
El problema es cuando llega la enfermedad o los últimos momentos de su vida. Las mujeres, porque los hombres se suelen morir antes, están ahí cumpliendo su papel de esposas, renegando un poco del gran sacrificio que están haciendo. Y los hombres refunfuñando porque llevan peor la enfermedad y criticando la falta de atenciones de su mujer.
Lo triste de esto es que este hombre, que ha dedicado toda su vida o su vida de jubilación a sus amigos, está realmente sólo en los momentos que más lo necesita. Uno lo ve muy bien acompañado de sus hijos y su mujer, pero al mirarle a los ojos te das cuenta de su tristeza.
Por supuesto que hay otros muchos que son felices con sus mujeres y superan este trance con la compañía y el cariño de su familia. Pero en este artículo me quiero dirigir a los que somos jóvenes todavía y tenemos toda una vida por delante para que vayamos construyendo un matrimonio día tras día y no nos cansemos nunca de luchar por él. Tenemos que ser consecuentes con lo que queremos en la vida, y si hay algún problema en nuestro matrimonio que creemos que no tiene solución, no tiremos la toalla y tratemos de huir a refugiarnos en nuestros amigos o en otras actividades; intentemos sentarnos con nuestra pareja y dialogar con ella. Esto supone un esfuerzo pero yo creo que es rentable, porque a la hora de la verdad lo que te puede dar la felicidad es tener un compañero de viaje incondicional que esté contigo en los momentos que más lo necesites.

domingo, 11 de julio de 2010

SENTIMIENTOS DE UNA FUTURA MADRE ANTE LA ADOPCIÓN

En éste artículo voy a expresar mis sentimientos hacia el largo proceso de la adopción nacional en la que estamos inmersos.
La adopción es un proceso largo en el que hace falta estar cargados de ilusión cada día. Esa misma ilusión es la que te llena de esperanza hasta que llega el día en el que recibes la noticia de la llegada de tu hijo.
Se te pasan por la cabeza miles de preguntas ante la incertidumbre de ese esperado momento: ¿cómo será mi hijo?, ¿seré capaz de adaptarme a él, y el a mi?, ¿me verá como una madre?, ¿qué secuelas le puede haber quedado después de su experiencia con su familia biológica?, ¿qué enfermedades tendrá?, etc.
Aunque, por otra parte, tienes la convicción de que serás capaz de convertirte en su madre porque estás totalmente segura de que vas a darle todo tu amor, y ese amor te dará fuerza para afrontar todos tus miedos e incertidumbres.
A veces intentas ponerle cara a ese niño e incluso te preguntas si será niño o niña y es dificil querer a alguien a quien no conoces, pero la sola idea de pensar que viene a tí para convertirse en tu hijo te hace quererle antes siquiera de conocerlo.
No sé si esto le pasará a más personas que están en proceso de adopción. Sé que el miedo y la incertidumbre es algo muy frecuente en los padres adoptantes, pero lo importante es tener presente durante todo el proceso el feliz momento del encuentro con tu hijo con los sentimientos contradictorios que esto conlleva de ilusión e incertidumbre.
María Jesús Costa, una futura madre ilusionada.

sábado, 10 de julio de 2010

ESPERANZA EN TIEMPOS DE CRISIS

Últimamente vemos casi a diario en los medios de comunicación noticias relacionadas con casos de pederastia en la Iglesia. Ciertamente estos casos son espeluznantes, y lo que es peor, son terribles las secuelas que provocan en los niños, que quedan traumatizados para toda su vida. Estoy de acuerdo en que esto provoca sólo un sentimiento de rabia e impotencia hacia estas personas que los cometen, sobre todo porque ellos se han postulado como modelos de conducta. Así que me parece bien la denuncia y condena que está llevando a cabo la Iglesia.

Sin embargo, también me parece injusta la excesiva reacción anticlerical que esto está provocando en nuestra sociedad. Generalizar nunca es justo para un grupo. No me parece bien que cada vez que acusan a un cura de pederastia los titulares de los medios suelen hacer referencia a la Iglesia.

Soy una persona joven y de ideas abiertas y no estoy de acuerdo con todas las directrices marcadas por el Papa, aunque sí lo estoy con otras muchas. Lo que sí tengo claro es la experiencia real que vivimos gracias a muchos sacerdotes que nos acercan a Cristo en cada Eucaristía. A mí me parece que nos transmiten justo lo que necesitamos en estos tiempos de crisis, pesimismo y apatía. Así que animo a los que sientan un vacío en sus vidas que no sepan cómo llenar, que prueben a ilusionarse y contagiarse del optimismo que le pueda hacer sentir que no estamos solos y Cristo nos da fuerza y confianza cada día si tenemos fe en Él.