miércoles, 23 de mayo de 2012

Motivación en nuestra vida diaria

Muchas veces en el largo y difícil camino de la vida nos sentimos frustrados porque después de esforzarnos en los quehaceres diarios no obtenemos el resultado deseado y eso va haciendo que no sólo no nos sintamos realizados sino que además nos vayamos "quemando" poco a poco y que se haga más pesado el día a día y nos sintamos menos felices.
Pero no nos damos cuenta del valor que tienen nuestras acciones. Vivimos en una sociedad en la que no estamos acostumbrados a dar las gracias o a reconocer las cosas buenas de las personas con las que nos vamos encontrando cada día. Solemos fijarnos en ellas cuando esas personas ya no están en este mundo pero ya es demasiado tarde para decírselo.
En realidad todos tenemos una gran responsabilidad cada día de nuestra vida, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, pero no somos conscientes de la gran influencia que tenemos sobre los que nos rodean. Pequeños gestos como una sonrisa o una mala contestación pueden alegrar o arruinar el día a la persona que tenemos al lado, pero como no nos agradecen lo que hacemos por ellos podemos pensar que no valoran nuestra buena disposición hacia ellos, pero en realidad sí nos valoran aunque no nos lo digan. Además les estamos transmitiendo valores con nuestra actitud como solidaridad, amor, empatía, etc.
Todos, pero sobre todo padres, profesores, catequistas y todas las personas que trabajan la conducta de otras personas, pueden sentirse frustrados por no conseguir lo que esperan de sus hijos, alumnos... Pero seguro que  la vida de estos hijos, alumnos, etc. en mayor o menor medida está marcada por la influencia que tuvieron sobre ellos sus educadores. Seguro que todos recordamos con cariño a algún profesor, un abuelo, un catequista, etc. y unidos a ellos los valores que nos enseñaron, aunque tal vez nunca les dimos las gracias por lo que hicieron por nosotros. Y es probable también que ellos no fueran conscientes de la gran influencia que tuvieron sobre nuestra personalidad. Pero si nos acordamos de ellos no es por casualidad sino por el cariño y la ilusión que pusieron cuando estaban con nosotros. Por eso es más importante de lo que creemos, sobre todo para los padres y educadores que no caigan en la monotonía y aporten todos los valores que han ido aprendiendo durante su vida. Sólo así construiremos entre todos un mundo mejor.

2 comentarios:

  1. El mundo materialista nos empujas al resultadismo, cuando lo importante es hacer lo que debemos de hacer sin importar los resultados, esa es la manera de hacer otro mundo que si todos quisieramos seria posible.
    EL BEDUINO

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  2. Muy acertado tu comentario. Además de materialista este mundo es individualista y los resultados que van buscando son siempre los que afectan al individuo, no al colectivo al que pertenecen. Ahí tenemos el ejemplo de algunos políticos o de los dirigentes de bancos que van a la quiebra, pero ellos se convierten en multimillonarios.

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