Se habla mucho estos días de la actitud del recién elegido Papa Francisco y es agradable ver la buena aceptación de la gente en general, ya sean creyentes o no.
Creo que es una suerte para todos que Dios haya hecho posible la elección de este nuevo Papa. Su ejemplo es su mejor herramienta de evangelización. Con su humildad ha venido a decirnos que la Iglesia no es un colectivo cerrado que hay que proteger de la corrupción de este mundo; al contrario, ha venido a acercarse a los todos los hombres, sobre todo a los sectores más desfavorecidos de la sociedad y a demostrarles que la Iglesia está ahí para acercarles a un Dios y Padre que les quiere.
El Papa, al igual que otros representantes de la Iglesia como obispos, cardenales, sacerdotes o incluso seglares comprometidos miembros de comunidades o cofradías, tienen una gran responsabilidad de cara a todos aquellos que están alejados de la Iglesia. Su actitud personal en la vida, su ejemplo y sus palabras son su carta de presentación como embajadores de la Iglesia, y aunque no sean conscientes de ello, muchas veces de su actitud depende que la gente se aparte de la Iglesia o vuelva a Ella.
Me gusta el Papa Francisco porque con su gesto de cercanía a los pobres y a los niños y su actitud de servicio nos está mostrando a Jesucristo, que vino a este mundo a traer su mensaje precisamente a los más necesitados.
Ojalá que mucha gente vea en él a la Iglesia como Institución creada por Jesucristo para darle en Dios nuestro Padre el sentido y la esperanza que este mundo tanto necesita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario