martes, 4 de junio de 2013

La Iglesia en la sociedad actual II

Vivimos en una sociedad cada vez más castigada por la crisis. Pero lo peor no es la crisis económica sino el haber perdido la esperanza y la fe en que las cosas pueden cambiar. Esto nos hace bloquearnos y quedarnos de brazos cruzados.Y esto a su vez va creando en nosotros ansiedad o depresión, lo que hace que nuestros problemas aumenten y sea cada vez más difícil salir de este círculo.
Pero a pesar de lo adversas que puedan ser las circunstancias que nos rodean no podemos pensar que somos demasiado débiles para hacer nada. Pero tampoco que somos lo suficientemente fuertes para solucionarlo nosotros solos porque las circunstancias que nos rodean no dependen sólo de nosotros.Tenemos que tener confianza en nosotros mismos como seres valiosos y en Dios como Ser que,aunque no lo parezca, no es ajeno a los problemas de este mundo.
 Dios siempre ha estado al lado de los pobres y los débiles. Al principio se hizo presente en este mundo a través de Moisés, Abrahán y los profetas, pero los hombres terminaron viéndolo como un Dios castigador. Por eso hace más de dos mil años envió a su Hijo a uno de los pueblos más castigados del mundo por la miseria y las enfermedades. Y consiguió que tuvieran fe en Él porque creó en ellos la esperanza en un mundo mejor curando sus enfermedades aquí y ofreciéndoles plenitud y felicidad más allá de las cosas materiales y cotidianas. Pero cuando se fue de este mundo nos dijo: "Me voy con mi Padre que es vuestro Padre, me voy con mi Dios, que es vuestro Dios", sirviendo de puente entre Dios y los hombres.
Él fue la piedra angular de un gran edificio que es la Iglesia y que se ha ido formando a lo largo de la historia. Al principio los primeros cristianos iban contando su experiencia con Jesús. Pero cuando ya esa experiencia  era muy lejana y empezaba a perderse la fe pensaron que la mejor forma de conservar el legado de Jesús era obligando a la gente a cumplir obligaciones por miedo de nuevo a un Dios castigador.
Ahora los tiempos han cambiado y se ha perdido el miedo y con él los valores en general. Hay menos fe pero Dios en estos tiempos no es ajeno a nuestros problemas tampoco. Está enviando a este mundo a personas que nos hacen recordar de nuevo que Él no es un Dios castigador, sino un Padre que quiere y ayuda a los que tienen más problemas en este mundo. Dios está revelando de nuevo estas cosas como hizo a través de su hijo hace más de dos mil años al nuevo Papa Francisco, a una nueva generación de sacerdotes y a católicos comprometidos que vuelven a hablarnos de su experiencia personal de Dios, no de doctrinas y obligaciones.
Pero la sociedad no se ha dado cuenta. Todavía hay quien cree que a la Iglesia sólo  van las personas mayores por obligación, o la gente que va a celebrar bodas, bautizos, comuniones y entierros, o las cofradías que celebran cultos. Y que los miembros de grupos parroquiales o cofradías son personas hipócritas que sólo buscan protagonismo. Y que los sacerdotes sólo dan aburridos sermones echando la bronca a los que van a la Iglesia y sólo tratan de poner trabas a los que no suelen ir a misa.
En realidad, y bajo mi modesta opinión, es verdad que todavía queda algo de esto en la Iglesia, pero también es verdad que también hay un sector cada vez más fuerte que está haciendo lo que dijo Jesús en su tiempo a los discípulos, ir por el mundo contagiando la esperanza del Evangelio y curando a los enfermos de fe y esperanza de estos tiempos.
Ojalá que los sacerdotes y gente comprometida que ya están luchando no se desanimen al ver a esta gente que va a la Iglesia sólo por cumplir obligaciones o tradiciones y por otro lado, ojalá que todo el que lo esté pasando mal tenga la suerte de encontrarse con alguien que le ayude a descubrir que participar en la Iglesia  es una puerta que pueden abrir para encontrar un alivio a los grandes males de estos tiempos y vivir una fe más profunda que le  ayude a creer más en que todo va a cambiar en su vida y a creer más en sí mismos, por ejemplo a través de la oración en la Iglesia, a veces más barata y efectiva que una sesión de pilates y yoga, o de la Eucaristía, donde sentimos la fuerza para afrontar la semana y establecemos relaciones sociales compartiendo nuestra fe  con otras personas o leyendo el Evangelio donde Dios nos dice mensajes concretos para nuestra vida diaria.

4 comentarios:

  1. JOSE MANUEL PRADO GONZÁLEZ13 de junio de 2013, 19:22

    De esa Iglesia hipócrita y de esa gente que va para destacar y darse golpes de pecho aún hay mucho. Está claro que también hay gente que trabaja desinteresadamente, pero no son tantos como tu crees. Además es la propia Iglesia, la propia Curia la que se preocupa ppr tener dentro personas que no den problemas, personas que ante un determinada situación no de uma oponión en contra de lo que lps curas decidan. Si no ¿cómo me explicas la noticia que acaba de salir en televisión que dice que se le ha negado la Confirmación a una persona por ser transexual?
    ¿Cuánta gente de la que está es contra de esta decisión se ha manifestado al respecto? ¿Cuántos de éstos estáb a favor y cuantos en contra? Sean los que sean, nunca lo sabremos. Los que están a favor de esta discriminación callarán porque están de acuerdo, y los que están en contra también por no señalarse ante los demás o ante la misma Curia. Por lo tanto, el que calla, otorga.
    Esta es la Iglesia que hay.

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    1. También ha salido hoy en la prensa una noticia que hace referencia a unas declaraciones en una carta pastoral del obispo de Córdoba apoyado por el de Málaga en el que se manifiesta en contra del sacerdocio para las mujeres por no traicionar el mensaje de Jesús y dice que el papel de la mujer es cuidar al ser humano en la virginidad o el matrimonio.
      Es triste que declaraciones como ésta que no vienen a cuento sólo consiguen que estos obispos se ganen el apoyo de los sectores más conservadores de la Iglesia y que se alejen los católicos menos conservadores. Tal vez tú tengas razón en que hay en la Curia un sector que tiene interés en rodearse de gente que no cuestione lo tradicional y que se niega a cambiar con los tiempos y que no le importa que se alejen de ella los sectores más reformistas. También estoy contigo en que estas declaraciones son hipócritas y buscan protagonismo al decir que estas reformas se apartan del mensaje de Jesús, que eligió a doce hombres. En realidad en sus cartas debería de centrarse más en el mensaje de Jesús y menos en crear divisiones y controversias. Precisamente decía San Pablo en una de sus cartas a las primeras comunidades que debían evitar las discusiones y centrarse en el mensaje de Jesús.
      De todas formas no sé si pocos o muchos pero hay mucha gente dentro de la Iglesia que trabaja por extender el mensaje de Jesús. Y los que no están de acuerdo con estas posturas en vez de alejarse deberían quedarse dentro para que el sector reformista sea cada vez mayor y no le dejen paso a ese sector conservador.

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  2. JOSE MANUEL PRADO GONZÁLEZ16 de junio de 2013, 21:44

    Con la Iglesia hemos topado, María Jesús. Obispos como estos son los que hacen que la gente se aleje más de la Iglesia.
    En cuanto a los pocos o mucho que hay dentro de la Iglesia, me gustaría oir su opinión sobre todos estos asuntos. Insisto, ¿por qué no hablan? ¿por qué no dicen lo que piensan? ¿Quizá por miedo, quizá por verguenza? Creo que es el mejor momento para que hablen y den abiertamente su opinión, aunque la misma les cueste salir del entorno parroquial o grupal al que pertenecen.

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  3. Quizá sea porque por desgracia los sectores más reformistas de la Iglesia son pocos. Además esto no conduciría a nada, sólo a crear una imagen de la Iglesia dividida. La mejor forma de reformar la Iglesia no es denunciarla públicamente y menos generalizando, sino llenarla de gente joven y con ideas renovadoras, aunque esto es difícil, porque, como digo en mi artículo la gente sólo ve lo retrógrado, no los grandes avances que se están consiguiendo últimamente para renovar la Iglesia.

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