El lunes pasado leí una carta al director en el Diario de Cádiz en la que hablaba sobre un reciente estudio sociológico que la Fundación SM había hecho sobre la juventud en España. En este estudio la Iglesia aparece como la institución peor valorada por los jóvenes por los siguientes motivos:
-"Es demasiado rica"
-"Se mete demasiado en política"
-"Tiene una postura anticuada sobre la vida sexual de la gente
-"Se mete demasiado en la vida de la gente diciéndole como tiene que vivir su vida"
-"Es demasiado rica"
-"Se mete demasiado en política"
-"Tiene una postura anticuada sobre la vida sexual de la gente
-"Se mete demasiado en la vida de la gente diciéndole como tiene que vivir su vida"
-"Dificulta con sus directrices disfrutar de la vida"
Además aunque la mitad de estos jóvenes se consideran católicos, dicen que la religión no tiene una gran influencia en sus vidas. "El 62% no entra nunca en una iglesia y el 7% cumple con el precepto de ir a misa".
Según estos datos cada uno saca sus conclusiones particulares. Pero está claro que cada vez hay menos jóvenes en las iglesias y, por lo tanto, en algunos años, menos gente en general.
Es cierto que vivimos en la sociedad del "todo vale" y que la educación en valores es cada vez menor en la familia y en los colegios, y esto contrasta con la estricta moral de la Iglesia. Pero también es verdad que los jóvenes tienen parte de razón en sus afirmaciones.
La Iglesia tiene muchos bienes como patrimonio. Se puede decir que es rica. A veces se mete en política aconsejando no votar a los partidos que permiten el aborto, el matrimonio homosexual o la manipulación genética. Tiene una postura anticuada ante la sexualidad, cuya única finalidad que aceptan es procrear, por lo que no permiten el uso del preservativo. Con todas estas posturas excluyentes da la impresión de que se meten en la vida de la gente sólo para no dejarles disfrutar de la vida.
La Iglesia-institución está formada por hombres, la mayoría de edad avanzada, que muchas veces se encuentran con una sociedad que va cambiando muy deprisa y no saben cómo actuar para recuperar los valores que se van perdiendo . Pero si comparamos las directrices de la actual Iglesia católica con la figura de Jesucristo, quizá veamos que ésta última es mucho más atractiva para los jóvenes. Jesucristo era un hombre humilde y sencillo sin posesiones materiales. Nunca se le escuchó hablar de lo que hacían los gobernantes de su época. Él sólo predicaba su mensaje de amor a los demás. Él supo adaptar la ley de Moisés a los nuevos tiempos. Cambió todas las leyes inamovibles por dos mandamientos: amar a Dios y al prójimo como a uno mismo. Sus leyes no fueron excluyentes. En su Reino había sitio para todo el mundo: los samaritanos, los pecadores, las prostitutas, los recaudadores de impuestos,etc.
En la sociedad se han producido muchos cambios en poco tiempo: la legalización del aborto y el matrimonio homosexual, la eutanasia, el divorcio, el uso del preservativo, el descubrimiento de nuevos avances en la genética. Y esto ha producido una pérdida de valores. Pero estos valores no se van a recuperar prohibiendo las cosas, sino utilizando el mandamiento que Jesús nos dejó. Por eso, entonces y hoy en día, como le dijo a quienes le preguntaron, Él nos dice: "¿Qué harías tú si un hermano tuyo estuviera enfermo? ¿Le dejarías morir o lo curarías aunque fuera sábado? Pues la ley está hecha para el hombre, no el hombre para la ley."
Los dirigentes de la Iglesia actual son los sucesores de los primeros discípulos que Jesucristo escogió para difundir al mundo su Buena Noticia y deben mirar a Jesucristo a la hora de dictar las normas por las que se debería regir este mundo en el que los jóvenes son muy importantes porque son el futuro, en este caso, de la Iglesia.
El año que viene se va a celebrar en España la Jornada Mundial de la Juventud. Esperemos que escuchen a los jóvenes. Seguro que tienen mucho que decir.
Uhmmm, la iglesia que defendía la dictadura de franco, la de la inquisición, la que usaba los negros como esclavos... la que trata a la mujer como un objeto, la que prefiere que el sida mate a millones de humanos... la que ROBA y sigue robando, la iglesia tan sumamente rica que dice que ayuda a los pobres... de esa iglesia hablas? bah...los jóvenes NO QUEREMOS IGLESIA, NINGUNA IGLESIA.
ResponderEliminarNo, yo no hablo de esa Iglesia, hablo de la Iglesia que aunque cometió errores en el pasado hoy pide perdón, la que intenta avanzar lentamente con los tiempos y que necesita la ayuda de los jóvenes para poder rejuvenecerse y la Iglesia que en estos tiempos de crisis está sacando de apuros a mucha gente que lo necesita a través de Cáritas y otras organizaciones. Afortunadamente hay otros muchos jóvenes que tienen otra visión más positiva que tú y están preparando la Jornada Mundial de la Juventud en la que se reúnen para compartir su fe y demuestran que SÍ QUIEREN PERTENECER A LA IGLESIA.
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